
En la industria alimentaria, mantener unas instalaciones limpias y seguras no es solo una cuestión de imagen o de compromiso con la salud: es una obligación legal. Las inspecciones sanitarias son cada vez más exigentes, y uno de los motivos más frecuentes de sanción son las plagas en industrias alimentarias.
Un simple indicio de cucarachas, roedores o insectos en un obrador, almacén o cocina industrial puede poner en jaque toda la producción, dañar la reputación del negocio y, en el peor de los casos, suponer el cierre temporal de la actividad.
Por eso, contar con un buen plan de control de plagas no solo previene contaminaciones: también protege a la empresa frente a sanciones y problemas legales. En este artículo te explicamos cómo hacerlo correctamente y qué medidas debes tener en cuenta.
Por qué las plagas son un riesgo para la industria alimentaria
En un entorno donde se manipulan alimentos, cualquier presencia de plagas es inaceptable. No se trata solo del impacto visual o del rechazo que pueda causar, sino de las graves consecuencias sanitarias y legales que conlleva.
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Riesgo para la salud pública: insectos, roedores y otros organismos pueden transmitir bacterias, virus y parásitos. Su contacto con los alimentos o con las superficies de trabajo puede provocar contaminaciones cruzadas.
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Daños económicos: una plaga puede estropear materia prima, dañar embalajes o equipos, e incluso obligar a detener la producción para realizar desinfecciones urgentes.
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Sanciones legales: las autoridades sanitarias realizan controles periódicos. Si detectan plagas o indicios de una gestión deficiente, pueden imponer multas, exigir medidas correctivas o incluso suspender la actividad.
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Daño a la reputación: en un sector tan sensible, una sola noticia sobre plagas puede hacer perder clientes y contratos.
La buena noticia es que todo esto se puede evitar con un plan de control adecuado y mantenido en el tiempo.
Cómo evitar sanciones con un buen control de plagas
El secreto está en la prevención. La mayoría de sanciones en industrias alimentarias no se deben a infestaciones graves, sino a una falta de control documentado: no hay registros, el plan no está actualizado o el personal no está formado.
Veamos los pasos clave para garantizar un control eficaz.
1. Diagnóstico inicial
Antes de actuar, es fundamental conocer la situación real. Un técnico especializado debe inspeccionar las instalaciones para detectar posibles puntos de entrada, zonas húmedas, grietas o acumulaciones de residuos. También se identifican las especies más probables según la actividad (por ejemplo, moscas de la fruta en zonas de manipulación o roedores en almacenes).
2. Diseño del plan de control de plagas
Cada industria es diferente, por lo que el plan debe adaptarse a sus características. Debe incluir:
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Frecuencias de inspección y tratamiento.
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Métodos de control (trampas, feromonas, cebos, barreras físicas).
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Responsables de cada tarea.
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Protocolos de actuación ante detección de plagas.
Este plan debe integrarse dentro del sistema de autocontrol de la empresa (APPCC o HACCP), tal y como exige la normativa sanitaria.
3. Medidas preventivas
El objetivo principal es evitar que las plagas entren o encuentren alimento y refugio.
Algunas acciones básicas son:
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Mantener las instalaciones limpias y libres de residuos.
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Revisar periódicamente puertas, ventanas y sumideros.
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Instalar mosquiteras y burletes.
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Controlar la humedad y evitar filtraciones.
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Almacenar correctamente las materias primas, siempre cerradas y elevadas del suelo.
4. Monitorización y seguimiento
Un control efectivo no termina con una fumigación puntual. Es necesario vigilar continuamente el entorno mediante trampas, estaciones de cebo y dispositivos de detección.
Los resultados deben registrarse para comprobar tendencias: si aumenta la actividad de una plaga, hay que actuar antes de que se convierta en un problema.
5. Intervenciones profesionales
Cuando se detecta actividad, lo ideal es contar con una empresa especializada en control de plagas, que utilice productos homologados y técnicas seguras para el sector alimentario.
En Plagas Bilbao, por ejemplo, aplicamos tratamientos específicos según la especie y el tipo de instalación, garantizando que los procesos de desinsectación o desratización sean seguros, eficaces y compatibles con la producción.
6. Registro y documentación
Uno de los errores más comunes es no conservar los informes o no tenerlos actualizados.
Cada intervención, inspección o revisión debe quedar documentada. Esto no solo demuestra cumplimiento normativo, sino que permite responder con tranquilidad ante una auditoría o inspección.
7. Formación del personal
El equipo debe saber identificar signos de plagas (restos de excrementos, agujeros, olores, alas o mudas de insectos) y comunicarlo rápidamente. La implicación del personal es clave para mantener la eficacia del plan.
Ejemplo práctico: cómo la prevención evita sanciones
Imaginemos una panificadora con presencia ocasional de cucarachas en el área de empaquetado. Si el responsable no actúa o no lo registra, la siguiente inspección puede derivar en una multa por incumplir las normas de higiene.
Sin embargo, si la empresa cuenta con un plan activo —revisión semanal de trampas, limpieza reforzada y registro de actuaciones— podrá demostrar control y compromiso, evitando cualquier sanción.
El valor de contar con expertos en control de plagas
Las plagas en industrias alimentarias requieren un enfoque profesional. No basta con aplicar insecticidas o colocar trampas: se necesita conocimiento técnico, experiencia y cumplimiento normativo.
En Plagas Bilbao / Sitehisa, llevamos años ayudando a empresas del sector alimentario a mantener sus instalaciones libres de plagas y a superar sin problemas auditorías sanitarias. Nuestros técnicos están formados en biología, seguridad alimentaria y legislación, y trabajamos con productos y métodos seguros certificados para entornos alimentarios.
Además, ofrecemos informes detallados y trazabilidad completa, algo esencial para demostrar ante cualquier inspección que tu empresa cumple con las obligaciones legales.
Las plagas no solo ponen en riesgo la salud pública: también pueden costar sanciones, pérdidas económicas y la confianza de tus clientes.
Invertir en un buen plan de control de plagas es invertir en tranquilidad, cumplimiento legal y seguridad alimentaria.
Si tu empresa forma parte del sector alimentario y quieres prevenir problemas antes de que aparezcan, contacta con nosotros. En Plagas Bilbao te ayudaremos a diseñar un plan eficaz, adaptado a tu actividad y cumpliendo toda la normativa vigente.
Porque cuando se trata de seguridad alimentaria, la mejor defensa es una prevención inteligente y profesional.
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